lunes, 14 de mayo de 2012

El Principito

Astralia, ciudad perdida, con grandes callejones, calles anchas, con una torre del reloj, edificio de grava con esquinas en oro, techo verde metálico, la estación de tren al lado, palacio de ladrones, a unos kilómetros el palacio real, grande y hermoso, con caminos de robles, palacio de nobles.
Cuando yo tenía seis años vi una vez una lámina magnifica en un libro sobre el Bosque Virgen que se llamaban Historias Vividas. Representaba a una serpiente boa que se tragaba a una fiera aquí una copia del dibujo.

El libro decía: << las serpientes boas tragan sus presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis meses de la digestión.>>
Ese libro era de mi padre, que me lo arrebato no mas ver que observaba la lámina con asombro e interés. Yo por desgracia vivía en la estación, palacio de ladrones, mi nombre es Martín, con un 'nom-du-plume'  bastante extraño, ese seudónimo era... bueno sigue siendo El Principito, mi padre, Hugo, era el jefe de una banda de ladrones. Nos trasladamos aquí a la torre -un lugar de lujo en la estación- en secreto, pero un día llamaron a la puerta.
¿Quien es?- preguntó mi padre con revólver en mano, no hubo contestación- ¿Quien diablos es?- abrió la puerta y tres hombres vestidos de negro esperaban en la puerta.
-En nombre de la reina de Inglaterra, lo necesitamos.
-¿Como es posible?- dijo sorprendido.
-Esta vez es enserio Hugo- dijo el hombre como si conociese a mi padre de antes.
Pude descartar en la cartera que enseño el dibujo de la boa que antes he descrito. Mi padre se resistió, tras una larga conversación. se sentó conmigo y me dijo: 'Martín, no siempre hemos sido ladrones, y hemos vivido en la estación sabes, te voy a contar una cosa para que sepas mejor mi pasado.'
La historia que contó la resumiré, ya que me quede bastante rato escuchándola y por muy interesante que sea, hasta yo me dormía.
Mi padre de pequeño quería ser pintor, pero acabó siendo un gran piloto, pero todo se acabó cuando se estrelló en el mar, salvado por las fuerzas británicas, acabó pilotando para ellos y estudiando geografía cosa que le sirvió mucho, pero un día en una pelea con su camarada, mi padre en un maldito golpe, hizo caer a su camarada por las escaleras dándole muerte, según el estaba muy ebrio, se escapó, tenía veinte años, se dirigió a la estación, donde se preparó como ladrón, primero atraco un vagón, cuatro personas eran en la banda y mes por mes venían, mi padre de pasar a ser un gran aviador acabó por sentirse traidor. Ese día los hombres venían por ayuda, pero yo era pequeño y me dijo que no me abandonaría.
 Al día siguiente no estaba, bajé a el quiosco, miré en el periódico, el nombre de mi padre en portada, salvó a la reina de ser atacada.

Cita:
(SAINT- EXUPÉRY, 1996, p11)
Bibliografía
-SAINT-EXUPÉRY, AÑO 1996
 El Principito, Ed Alianza, Madrid.